Beirut, dolor e indignación entre la destrucción

Beirut, dolor e indignación entre la destrucción

Edificios destruidos, manchas de sangre en un asfalto cubierto con vidrios rotos y un aire pesado a la respiración marcaban el camino hacia el desolador hueco que queda en el puerto de Beirut tras la explosión que dejó al menos 135 muertos y al Líbano sumido en el dolor y la indignación.

Nabin Emboz limpia lo que queda de su pequeña librería. Su negocio como tantos otros no pudo resistir y fue fulminado por la onda expansiva de la deflagración causada el martes por la combustión de cerca de 3.000 toneladas de nitrato de amonio contenidas en un

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