Pirámides de Calakmul, majestuoso tesoro ancestral en Chetumal

Desde 2002 la UNESCO la nombró Patrimonio de la Humanidad, y en 2014 se le reconoció como legado mixto

Insertada dentro de la selva, entre las copas de los árboles emergen las pirámides de Calakmul, zona arqueológica majestuosa.

Desde 2002 la UNESCO la nombró Patrimonio de la Humanidad, y en 2014 se le reconoció como legado mixto, es decir, Patrimonio Natural de la Humanidad.

Sólo tres sitios en el continente americano tienen esta distinción, Machu Picchu, Tikal y Calakmul, lo que muestra la grandeza de este tesoro maya ubicado en la Península de Yucatán.

Este impresionante sitio se ubica en la parte sur de la Reserva de la Biosfera Calakmul, que es considerada la segunda mayor extensión de bosques tropicales en América y de los mejor conservados de la región, con un total de 723 mil hectáreas.

Alberga alrededor de 86 especies de mamíferos, entre los que figuran el jaguar, puma, ocelote, tigrillo y leoncillo, oso hormiguero, mono araña, mono aullador y tapir, entre otros. También es una zona donde habitan unas 282 especies de aves, 50 especies de reptiles, 400 de mariposas y 73 tipos de orquídeas salvajes.

Para el turismo no hay fronteras, por ello operadores turísticos consideran que Chetumal debe aprovechar el potencial, siendo la mayor demanda de visitantes extranjeros para conocer esta majestuosidad, y que el aeropuerto más cercano es el de la capital de Quintana Roo.

Incluso, en vez de esperar la apertura de Ixcabal o Chakanbakán, en el sur de Quintana Roo, se podría integrar una ruta incluyendo a destinos que están abiertos al público como Kohunlich, Kinichná y Dzibanché, generando un producto turístico de talla internacional.

Y es que en esta zona donde los turistas caminan entre senderos en la selva y pueden encontrar la segunda pirámide maya más elevada, la denominada Estructura II, que tiene 55 metros de altura, casi no se registran visitantes nacionales, sino que en su mayoría son extranjeros.

Los turistas que llegan a Calakmul y que en temporada alta alcanzan hasta 600 personas diarias, provienen principalmente de Europa, siendo maravillados por la naturaleza, historia y majestuosidad de este sitio.
Para los visitantes vale la pena recorrer los 60 kilómetros del entronque desde la carretera Xpujil-Escárcega hasta la zona arqueológica, por una hora con 15 minutos

A este tiempo hay que agregarle las tres horas desde Chetumal hasta el entronque para la zona arqueológica de Calakmul. El acceso es lento, primero se atraviesan 20 kilómetros de carretera a cargo del ejido Conhuás, que tiene una tarifa establecida. Posteriormente, hay una segunda pluma donde la Conanp cobra para ingresar a la reserva natural.

Finalmente, existe otro tramo de casi 40 kilómetros hacia el sitio arqueológico, el cual presenta una vialidad reducida en la que difícilmente se puede avanzar por encima de los 50 kilómetros por hora, siendo que tiene una gran cantidad de curvas y baches.

Una vez en la caseta de servicios del INAH, tras cuatro horas y media de camino desde Chetumal, un visitante tendrá que pagar otra cuota para entrar. Sin embargo, desde el ingreso se puede acceder a maquetas, réplicas de máscaras de jade, réplicas de frisos, pinturas e información de la importancia de Calakmul.

Los visitantes internacionales con sus gorras, sombreros y cámaras fotográficas no pierden detalle y recorren los senderos para llegar a los edificios y pirámides mayas.

Sobre este majestuoso lugar, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señala que es la ciudad maya con más trascendencia. Entre el 250 a.C. y el año 700 fue la ciudad maya de mayor relevancia. Los habitantes de Calakmul enfrentaron y derrotaron a Tikal, la principal ciudad maya de la región, localizada en la actual Guatemala. Calakmul dominó un territorio de más de 13 kilómetros cuadrados y más de seis mil estructuras.

En el siglo VIII, cuando Tikal venció a Calakmul, la ciudad fue abandonada y la selva cubrió sus edificaciones y sus habitantes se dispersaron.

Calakmul fue redescubierta en 1931 en medio de la selva por el biólogo estadounidense Cyrus Lundell, y las excavaciones comenzaron hasta la década de 1980 por arqueólogos de la Universidad Autónoma de Campeche y el INAH.

Fuente: Por Esto!