Niños migrantes en la frontera: El reto de incorporarlos a la educación
Bernardo Naranjo, director de la organización Proyecto Educativo que trabaja de la mano con UNICEF, platicó sobre el reto que representa incluir a un menor en situación de movilidad
Las oleadas y llegadas de centroamericanos, sudamericanos, caribeños, ha puesto en jaque y ha creado un nuevo reto para las autoridades, sobre todo para las de educación, ya que son los encargados de brindar espacios educativos y aprendizaje a los menores que pasan por esta frontera.
Bernardo Naranjo, director de la organización Proyecto Educativo que trabaja de la mano con el Fondo Internacional de Emergencia de las Nacimiento Unidas para la Infancia (UNICEF), platicó sobre el reto que representa incluir a un menor en situación de movilidad.
“Con estas llegadas masivas, es un enorme reto para todo el sistema educativo, primeramente tener la capacidad en términos de números, pero también en las condiciones que requieren estos pequeños para recibir una atención educativa”, opinó Naranjo.
Lo más complicado de brindar educación a los niños, niñas y adolescentes es que muchos sólo están de paso, su estancia tal vez será de días o semanas.
“Por ello será muy complicado dar una atención educativa, incluso porque no siempre lo deciden así, ya que estarán muy pocos días, el tema aquí es atender a quienes tendrán una estancia más larga o ya están pensando en quedarse en Juárez”, opinó el director la organización Proyecto Educativo.
Indicó que ya han percibido de manera creciente, que según cambian las restricciones migratorias de Estados Unidos, hay una mayor tendencia a permanecer México.
La pregunta es ¿Cómo insertar de una manera exitosa a los menores migrantes a las escuelas?
“Esto nos pone en un mayor reto, que es incorporarlos lo más rápidamente posible, cuando nos tardamos en incorporar a un niño o joven a la escuela es más fácil que agarren un trabajo que los distraiga y les impida seguir la escuela o peor aún sumarse a alguna banda delictiva”, expresó Naranjo.
En relación a referirse a exitoso, es que se busca que el menor permanezca en la escuela pese a su situación de movilidad.
“Por otro lado, lejos de ser un riesgo o una amenaza para la comunidad, que la gente vea a los niños migrantes como una riqueza que viene a aportar, a dar una visión diferente, a compartir experiencias que los pequeños que acuden a esa escuela no conocían”, comentó el activista.
El gran tema es el interés de insertar a los pequeños y a los chicos migrantes tendría que ser una prioridad para toda la comunidad.Bernardo Naranjo
Lo primordial para detectar e incluir a los menores migrantes es crear una estrategia o el objetivo esencial para una coordinación o un ejercicio de vinculación y articulación ya se está dando con la Secretaría de Educación y Deporte del Estado, siempre de la mano de UNICEF.
Es sumar a las distintas instancias gubernamentales de los tres niveles de gobierno junto con las organizaciones de la sociedad civil, que son muchas y con una gran riqueza en términos de su calidad de trabajo, buscar cómo se ponen todos de acuerdo para generar las mejores condiciones.
Lo primero sería detectar al menor migrante, quiénes son, dónde están, qué edad tienen, segundo sería facilitar que esa información pueda llegar a distintos puntos de cualquier autoridad, sector salud, instituciones, albergues, para que llegue a la Secretaría de Educación, para que ellos tengan la posibilidad inmediata de asignar un espacio educativo ya sea estatal o federal.
“Lo importante es que también se le dé al menor migrante un servicio pertinente a sus necesidades y como pueda recibir acompañamiento especial en tres aspectos: socio emocional que es como la ansiedad, incertidumbre ya que traen problemas muy importantes que son barreras de aprendizaje; acompañamiento académico, para cubrir los huecos que traen de su tránsito o de las escuelas que a veces tienen condiciones frágiles en términos académicos; la escuela tiene que buscar cómo acelerar el trabajo para que no se rezague”, explicó Bernardo Naranjo.
El tercer acompañamiento sería meterlos a los registros de la Secretaría de Educación, así si van a otro estado de México no tendrán que volver a empezar.
“Así una vez en el sistema tengan derecho a un certificado que sea válido en cualquier parte del país o incluso en otro país y así se van reinsertado al esquema formal; el derecho a la educación que consagra la constitución, no es sólo que vayan a la escuela, el derecho a la educación implica un derecho a una certificación para que lleguen hasta donde puedan con la educación formal”, finalizó Bernardo Naranjo, director de la organización Proyecto Educativo.
Fuente: El Sol de México
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