El City tomó Old Trafford y tiene pie y medio en la final

Tan sublime como el disparo de Bernardo Silva desde 25 metros a la escuadra de De Gea fue la preocupante demostración del Manchester United de que sí, todavía puede caer más antes de tocar el fondo. Desastroso partido de los red devils, uno más bajo la dirección de Solskjaer desde el banquillo y Ed Woodward desde el palco, que cayeron estrepitosamente contra el City en la ida de las semifinales de la Copa de la Liga en Old Trafford. Un zambombazo y una asistencia del portugués abrieron una senda que selló Pereira con un tanto en propia meta, pero pudieron caer más. Solo Rashford, con un tanto en un robo sobre la salida de balón, consiguió recortar distancias.

Más allá del resultado en una competición que se considera menor -no en vano es la menos importante en Inglaterra-, está el hecho de que tuvieron que ser sus vecinos, una vez más, quienes evidenciasen las carencias de su rival. Qué incómodo es para un equipo que siempre ha mirado por encima del hombro a sus “ruidosos vecinos”, como los definió Ferguson, que sean ellos quienes les hagan ver la pobre situación en que se encuentran.

Desde el primer momento se vio la diferencia de nivel entre ellos, no solo a partir del momento en que Bernardo Silva estuvo a punto de partir la escuadra de De Gea, que también, sino que cuando lo intentó el United se vio una diferencia abismal en la calidad. En cuanto el portugués, que no está tan excelso como la temporada anterior, se puso a tono, ya no hubo partido. Una asistencia magistral suya poco después para Mahrez, con el que se fue riendo al descanso, mató la eliminatoria. Antes, y por si necesitaban más motivos para la chanza, Pereira se coló un gol en propia meta.

En la segunda mitad, y con el cansancio del apretado calendario ya haciendo mella, el City bajó un poco el pistón y Rashford consiguió hacer el único tanto de los suyos, que sigue dejando la clasificación muy lejos pero al menos maquilló el baile que le dieron al United los de Guardiola.

Partidazo de Bernardo Silva, con gol y asistencia. Rashford, al final, maquilló el baile del equipo de Guardiola al de Solskjaer en Old Trafford.

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