Con solo 13 años, Ian se graduará de Químico Farmacobiólogo en la UdeG

Además de ser excelente estudiante, Ian juega futbol, videojuegos, sale con sus amigos, aprende idiomas y entrena atletismo

Con solo 13 años, Ian Emmanuel está a unos meses de graduarse como Químico Farmacobiólogo por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y disfruta de cada una de las etapas de su vida, se relaciona con personas de su edad y adultas, es un atleta de alto rendimiento, pero también es un niño genio. AsíIan será el estudiante más joven en egresar de la máxima casa de estudios de Jalisco.

Siento una gran emoción, es algo muy importante para mí, es un sueño y estoy agradecido con la UdeG porque me abrió sus puertas para ingresar a pesar de que tenía tan sólo nueve años. En este caso me voy a graduar de Químico Farmacéutico Biólogo a la edad de 13 años. No he dejado de ser un niño, hago todas mis actividades como lo hace la gran mayoría como jugar, hacer deporte; la verdad es que nunca voy a dejar de serlo”, dijo en entrevista con El Occidental.

Contrario a lo que se pudiera pensar que con su alto intelecto mental y de que las obligaciones de la facultad lo absorberían de tiempo completo, no es así, Ian tiene tiempo para jugar futbol, videojuegos, salir con sus amigos, aprender idiomas y entrenar atletismo.

En entrevista con El Occidental, tanto él como su mamá Sandra Santos platican como padeció bullying en la primaria en donde los maestros no lo entendían y lo catalogaban como un menor con problemas de déficit de atención; de como tuvo que migrar a Guadalajara para tener oportunidades y cómo fue que llegó a la Universidad de Guadalajara.

Tengo un equilibrio entre el estudio, el juego, el deporte y las demás actividades extracurriculares que hago como practicar atletismo porque soy de alto rendimiento. Procuro juntarme con otros niños de mi edad a pesar de que estoy en la universidad no me doy cuenta de que me relaciono con personas mayores o con personas menores que yo”, agrega.

El estudiante universitario, detalla que desde la primaria se dio cuenta que sus capacidades intelectuales eran diferentes, pues tenía hambre de aprendizaje, e incluso le solicitó a su madre que le diera clases en casa para ampliar sus conocimientos. Fue cuando le hicieron una evaluación de inteligencia intelectual, donde él y su familia se dieron cuenta del gran potencial que tenía.

“Desde la primaria me di cuenta de que tenía muchas dudas, de que no profundizaban los maestros y no me sentía a gusto en la primaria y le dije a mi mamá si me podía dar clases en casa y ella aceptó, después me hicieron una evaluación de inteligencia intelectual en donde salí que era un niño súper dotado, después de eso hice mis exámenes de primaria, secundaria, prepa y a la universidad y sí tengo dudas, como en matemáticas”, añade.

A pesar de que ya cuenta con una ingeniería, dentro de sus planes no se encuentra el entrar al campo laboral, ya que todavía existe la limitante que le da su edad, pero sí destaca que le gustaría ampliar sus conocimientos estudiando un posgrado en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), aunque se le han presentado diversas opciones.

“Tengo otras propuestas, algunas en el extranjero como España, Estados Unidos y la misma UdeG, pero no sé en dónde hacerlo, pero sí me voy a tomar un descanso escolar de unos tres meses para dedicarme a hacer deporte y después continuar los estudios. En diciembre pasado corrí en las competencias estatales en 80 y 150 metros planos y quedé en tercer lugar, por eso a todos los menores con intelecto alto: no se rindan y luchen por sus sueños, con disciplina, sean valientes”.

Ser madre de un niño prodigio

Por otra parte, el apoyo de su mamá ha sido fundamental para poder alcanzar todas estas metas y muchas más, salir adelante y mitigar la violencia que se ejerció hacia su hijo por ser diferente a los demás y no quedarse con dudas, pero sobre todo, busca que viva cada una de sus etapas de crecimiento como debe ser.

“Ha sido complicado, difícil ver a mi hijo introvertido, sufrir el bullying que le hacían, que no podía jugar con sus compañeros, lo opacaban, lo minimizaban, lo regañaban porque preguntaba, lo castigaban porque no era tan hábil para el fútbol como otros niños sino que era para atletismo y la escuela no fue capaz de detectarlo como tampoco que él aprendía a un ritmo diferente”, dice Sandra, madre de Ian.

Sandra explica que han surgido dudas sobre cómo es que Ian logró acceder a la educación superior, al respecto, comenta que fue el doctor en Ciencias, Francisco Armillo Ballesteros, quien lo invitó a tomar clases de oyente en la UdeG.

“No se brincó del kínder a la universidad como muchos creen, tiene todas sus certificaciones y tiene antecedentes de clases de oyente, cursos y ponencias; hizo examen de admisión y fue aceptado en la Autónoma y UdeG y decidimos que mejor cursara la carrera en el CUCEI de la Universidad de Guadalajara“, explica.

Por último, la madre de Ian destaca que contrario a lo que muchos piensan, Ian no es un niño privilegiado.

“No tuvo ningún privilegio, no somos de una familia influyente, no somos parientes de nadie, simplemente y sencillamente soy una madre que ha dejado todo por ver feliz a su hijo y aportarle todo“, concluye.

Fuente: El Sol de México