10 años del ataque con ametralladoras a la selección de Togo

“Durante 42 minutos solo escuchamos disparos. Por todos lados. Solo escuchaba a mis amigos gritar pero no podía moverme o hacer nada”. Así narró Emmanuel Adebayor el pasado abril en Daily Mail uno de los peores momentos de su vida, el tiroteo que sufrió el autobús de la selección de Togo el 8 de enero de 2010.

Hace diez años, la selección de Togo vivía un viaje relativamente tranquilo desde Pointe Noir, en Congo, donde habían realizado la preparación para el torneo, hacia Cabinda, Angola, sede en la que empezaban a disputar la fase de grupos de la Copa África.

El autobús cruzó la frontera entre Congo y Angola y allí, las fuerzas de seguridad angoleñas se unieron al convoy. Pocos kilómetros después atravesarían un bosque y oirían un primer disparo que daría inicio a un tiroteo con ametralladoras de más de media hora. Este ataque sería reivindicado el Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda, un grupo que lucha por la independencia de esta zona perteneciente a Angola.

Ese día fallecieron Amelete Abalo, asistente técnico, Mário Adjoua, conductor del autobús y Stan Ocloo, jefe de prensa. La muerte de Adjoua en los primeros minutos del ataque provocó que el autobús se quedara parado y que este no pudiera ni siquiera hacer el intento de sacarles de la emboscada. Ocloo fue abatido mientras, desgraciadamente grababa un vídeo de la tranquila llegada de los jugadores al país que celebraba este torneo. 

Durante el ataque, todos el equipo se tiró al suelo del autobús y aguantó como pudo. Varios resultaron heridos. Adebayor, capitán del equipo, narró así lo sucedido. “Como capitán, les dije a todos que llamaran a su familia. Yo llamé a mi mujer. Estaba embarazada y le dije los nombres que quería para mi hijo si era niño o niña. Contestó que no entendía nada y le dije ‘Te llamo luego si es que sigo vivo”, confesaba.

Entre los heridos estaba Obilale. Tan grave que le llegaron a dar por muerto. El portero sobrevivió y se tuvo que enfrentar hasta a ocho operaciones importantes para volver a llevar una vida lo más normal posible. Según explica en la BBC, todo cambió en ese instante. “Volví a estudiar, saqué mis títulos, trabajé y escribí un libro”, reconoce. Ahora, trata de mejorar la vida de los niños con más necesidades a través del fútbol. Un fútbol que, al menos a nivel institucional, le dejó bastante de lado hasta hace relativamente poco. Sus compañeros, según explica esta cadena británica, no lo hicieron. Ni su capitán, Adebayor. Tampoco otras leyendas del fútbol africano como Samuel Eto’o o los hermanos Ayew que le apoyaron a lo largo de su recuperación y los años posteriores. 

Un torneo con un equipo menos

Tras el ataque, el gobierno togolés decidió que el equipo se volviera y abandonara la Copa África aunque varios jugadores trataron de oponerse asegurando que el mejor homenaje era disputar el torneo.

Finalmente, primó la seguridad y la selección se quedó sin Copa África. Días después intentaron ser readmitidos en el torneo pero la CAF no lo permitió. La selección quería volver para luchar por los suyos y honrar la memoria de los que perdieron la vida en ese fatídico viaje en autobús. 

La selección viajaba desde Pointe Noir, Congo, hasta Cabinda, Angola donde jugaban la fase de grupos de la Copa África. Fallecieron tres personas y hubo varios heridos graves.

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