Vivienda económica se derrumba en 96%

Hace una década se construyeron más de 10 mil hogares, mientras en este año van 683 casas, de acuerdo con el RUV

La producción de vivienda en México se enfila a cerrar su peor año en una década. Entre enero y octubre de 2023 se construyeron en el país 104 mil 744 viviendas, cifra 6.4 por ciento menor a lo registrado en el mismo periodo del año pasado.

De mantenerse el ritmo de producción, este año cerraría con menos de 126 mil nuevas viviendas en todo el país, lo que no sólo representaría la cifra más baja desde 2013, año hasta el que tiene datos el Registro Único de Vivienda (RUV), sino su segunda baja anual consecutiva tras una recuperación en 2021.

Desde 2016, la producción de viviendas a nivel nacional ha venido a la baja, salvo en 2021 cuando creció tras el impacto de la pandemia, de acuerdo con datos del RUV.

Esta disminución se debe principalmente a caídas en los segmentos económicos, que son casas con un valor de hasta 372 mil pesos, y popular, que va de los 403 mil a los 630 mil pesos.

En 2013 se produjeron en el país 10 mil 599 viviendas económicas y 159 mil 536 populares. Una década después, la producción de este tipo de casas disminuyó en 95 y 65 por ciento, respectivamente.

Una de las principales razones de este fenómeno es el encarecimiento en el precio de la tierra, comentó a El Sol de México Ignacio Lacunza, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).

En el caso de una vivienda de interés medio, el precio del metro cuadrado pasó de 12 mil 500 pesos en 2020 a 18 mil pesos este año, de acuerdo con portales especializados en bienes inmuebles.

En el caso de los terrenos de viviendas económicas populares, Lacunza agregó que los desarrolladores se enfrentan al problema de la falta de servicios básicos como tuberías, drenaje e infraestructura eléctrica, entre otros, lo que hace aún más costosa su producción.

El presidente de la AMPI subrayó que pese a que cada año crece la demanda de vivienda, no es posible satisfacerla debido a la baja producción por los altos costos.

La vivienda es un derecho humano y nosotros como sector inmobiliario hemos buscado la forma de cómo podemos sacar esto adelante (…) Se requiere voluntad de la autoridad en el sentido de que las tierras que se tienen disponibles, que no son en las zonas urbanas, cuenten con conectividad y servicios. El gobierno debe dar facilidades o aportar con servicios a esas tierras con el fin de que sean rentables”, dijo el directivo.

Otro de los factores que han impactado a la producción de vivienda es el encarecimiento de los materiales de construcción, como el acero y el cemento, derivado de la alta inflación que ha enfrentado el país en los últimos años.

De acuerdo con el Inegi, el precio de los materiales para la construcción aumentó 3.19 por ciento en general en noviembre respecto al mismo mes del año pasado, 2.6 veces más que el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP).

Esta situación ha frenado el crecimiento en la producción de vivienda tradicional y media, cuyos precios van hasta los 1.1 y 2.3 millones de pesos, respectivamente, y las cuales habían alcanzado en 2021 sus mejores niveles en casi 10 años.

Por el contrario, la vivienda residencial, que es aquella con un valor superior a los cuatro millones de pesos, según la medición del RUV, se encamina hacia su segundo año consecutivo de incremento y se ubica al doble de lo que se construía en el país en 2013.

El presidente de la AMPI estimó que el panorama para la vivienda es alentador en cuanto a la demanda, sin embargo, urgió a un trabajo conjunto entre autoridades, desarrolladores y organizaciones para lograr reducir el valor de la tierra y, con ello, aumentar la producción en todo el país.

Fuente: El Sol de México