Se buscan técnicos universitarios

Tras haber terminado su estadía profesional en la empresa de marketing digital Estrategas Digitales, Brandon Torres recibió una noticia que le cambió la vida. Ya no sería el becario que recibía 4,000 pesos mensuales, sino el desarrollador web de la compañía, con aumentos graduales en su salario.

Torres había decidido no estudiar una licenciatura, sino inscribirse en un programa técnico, pues siempre pensó que así le sería más fácil insertarse en el mundo laboral. Quizá no estaba tan equivocado. Los datos señalan que licenciados e ingenieros son los que tienen menos posibilidades de ingresar al mercado laboral.

En México tener formación universitaria no asegura nada. De acuerdo con la OCDE, 14.5% de los mexicanos con título profesional no participa en el mercado laboral porque no encuentra una oportunidad de trabajo, con base en su perfil profesional.Lee: ¿Están los niños mexicanos preparados para los trabajos del futuro?

La situación es similar en América Latina. La tasa de desempleo alcanzó el 8% en el tercer trimestre de 2019, la más alta de la década, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esto significa que, aunque no todos los países latinos avanzan en la misma dirección ni al mismo tiempo, sí hay una tendencia de jóvenes en desocupación.

¿Qué pasa con el mercado laboral para los licenciados e ingenieros? Por un lado, las tasas de sobrecualificación sugieren la inexistencia de suficientes empleos que requieren titulación. Y, por el otro, los empleadores no quieren invertir en perfiles costosos, por eso prefieren pagar a técnicos. Pero, incluso, estos tienen más experiencia que los universitarios.

“El mayor porcentaje de desempleo lo encontramos en universitarios. Casi 70% se está ocupando en empleos para los cuales no se capacitó. Debemos formar personas que aprendan a aprender y que sean menos especializadas, para que se puedan emplear en un mercado fluido y movible. Los técnicos superiores universitarios (TSU) tienen esas habilidades, así como la flexibilidad para emplearse de distintas maneras”, asegura David Fernández Dávalos, rector de la Universidad Iberoamericana.Lee: ¿Buscas empleo? Estas son las industrias que estiman contratar al inicio del año

Con él coincide Óscar Castro, director general del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, quien menciona que hasta ahora se había peleado por fortalecer las ingenierías. “Ya no hay quién emplee a ingenieros con salarios altos, pero las compañías sí están empleando a técnicos con salarios más bajos y habilidades más operativas”, dice.

Brandon Torres, quien es egresado del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, decidió estudiar una carrera con formación técnica por dos motivos: los dos años que dura el programa educativo y la práctica laboral. “En la escuela se impartía 70% práctica y 30% teoría. Cuando empecé a trabajar ya traía las bases para generar y desarrollar proyectos laborales. Hoy gano 12,000 pesos al mes”, revela.Lee: Mónica Flores: “La mitad de las empresas no encuentran los perfiles que buscan”

Los especialistas consultados aseguran que la educación superior está en transición y en este camino, los planes de estudio deben reinventarse para formar a licenciados e ingenieros que encajen en los empleos del futuro.

De momento, la solución cortoplacista al estancamiento laboral del país para egresados de nivel superior es buscar una educación más generalista y con habilidades transversales que incorporen nuevas tecnologías.

“A mediano plazo se tendrán que crear empresas de economía social y solidaria, es decir, cooperativas, cadenas de producción colectiva que generen mayores empleos y un compromiso con el desarrollo en general, ya que ahorita no hay empleos suficientes que atiendan la demanda de los jóvenes licenciados ni ingenieros”, dice el rector de la Ibero.

Daniela Camacho es una de ellos. Actualmente cursa la ingeniería en Gestión Empresarial en el Tecnológico Nacional de México. Tiene 21 años, va a la mitad de la carrera y recién entró a trabajar como secretaria en una microempresa, a la que llegó por recomendación.

“Es mi primer trabajo. Logré entrar ahí porque me recomendaron y porque fue el único lugar donde no me pidieron experiencia laboral. Cuando termine mi ingeniería quiero aprovechar los productos de Xochimilco, mi localidad, y crear una comercializadora de amaranto. Ése es mi sueño”, expresa.

Al concluir sus estudios, Camacho se unirá a la lista de ingenieros egresados en el país. Según la Academia de Ingeniería de México, por cada 100 habitantes hay un ingeniero mexicano. Y, además, México es el octavo país con más egresados de esta índole.

En contraste, aunque los técnicos egresados de TSU pueden crecer dentro una compañía y aumentar su salario de forma gradual, en México sólo el 4.5% se ha matriculado en este tipo de programas educativos, acorde con datos de la OCDE.

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En un escenario económico volátil, estos perfiles tienen mayor posibilidad de encontrar empleo frente a licenciados e ingenieros. Pero solo 4.5% de los estudiantes se inscriben en estos programas.

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