La vida en Zumpango sin laguna: así son los días desde que se secó
Los habitantes de Zumpango, al norte de la Ciudad de México, observan aún sin creerlo cómo se secó la laguna característica del municipio del Edomex
Unas viejas lanchas a mitad de la laguna de Zumpango es la desoladora postal que recibe a quienes quieren confirmar que se ha secado. Los habitantes se quedan ahí por horas, incrédulos aún, viendo cómo terminó: “parece un desierto ya”, dicen.
Los llamados de alerta no fueron escuchados y desde 2023 la laguna de Zumpango se secó completamente. Sólo hay tierra seca por donde la gente ahora pasa caminando o incluso en motocicleta, quedando en el recuerdo esas imágenes de cientos de turistas paseando en lanchas que en algunos años parecerán que fueron sacadas de la imaginación.
Por si fuera poco, en febrero del 2024 se generó en la laguna un gran incendio que duró más de un día y que arrasó con los kilos de lirio acuático que quedó calcinado.
Los habitantes de los pueblos que rodean la Laguna de Zumpango jamás se imaginaron verla seca, sin vida.
Los afectados han sido las familias que se dedicaban al turismo y comercio que generaban los visitantes, así como los pescadores de carpas y mojarras, además de los agricultores de la zona y los dueños de ganado, principalmente de forraje.
Uno de ellos, Eulogio Godínez Padilla, afirma que cuando había agua en la laguna, aun en bajos niveles, tenían líquido para sus cultivos.
“Ahora que no tiene nada, nuestras aguas se han ausentado, ya no nos llueve (…) El año pasado no levantamos nada, todo se secó, no nos llovió; se sembró, sí, pero no nos llovió, todo se secó”, dice el hombre en tono preocupado.
Don Eulogio hace un llamado a las autoridades para rescatar a la laguna con la instalación de una planta tratadora porque cerca, afirma, hay un canal que lleva agua a la Ciudad de México.
Así, donde antes se veían lanchas, ahora en la laguna han entrado tractores de un grupo de agricultores afiliados a la asociación “Mateo Ramos” de San Juan para comenzar a sembrar dentro del gran terreno.
“Al ver seco el terreno optamos por sembrar un poco. Así ha sido siempre: se seca la laguna y nosotros entramos a hacer la producción, principalmente de maíz, frijol, cebada, avena y haba”, explica el agricultor Galdino Tito Ramos Andrade.
Ramos Andrade refiere que el grupo de agricultores de “Mateo Ramos” sembrará en 278 hectáreas de la laguna y lo hacen porque la tierra es fértil debido a la humedad y el descanso que ha tenido el terreno.
Otro grupo afectado por la sequía en la laguna de Zumpango es el de los productores de tule, que se usa para el petate.
Don Antonio Navarrete, quien por más de 30 años se dedicó a la producción de tule y pasear a los turistas en las lanchas por la laguna, señala que cuando se secó les prometieron apoyos, pero derivado del intervencionismo de integrantes de una cooperativa de tule, no han recibido ni un peso.
“Ya se secó y nos tuvimos que buscar otro lado (para trabajar), pero seguimos con la esperanza de que alguien nos ayude”, refiere.
Ser testigos de que la Laguna de Zumpango quedó seca, hace que estos hombres llamen a tener conciencia sobre el destino dramático que nos depara la sequía si no se actúa a tiempo.
“En el momento que dejó de llover, se secó y se perdió todo. Ya no hay nada, ahorita lo que nos espera es un caos a nivel nacional si no nos llueve (…) Nos espera una situación muy dramática en cuanto a la sequía”, expresa Eulogio Godínez.
Sin embargo, la esperanza muere al último y confían que llegarán las lluvias para que la Laguna de Zumpango pueda rescatarse.
La Laguna de Zumpango era considerado un vaso regulador a cargo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el principal recargador de mantos freáticos de la región, con una capacidad de almacenamiento de 100 millones de metros cúbicos de agua, además que evitaba inundaciones en la época de lluvias.
Por su extenso tamaño de más de tres mil hectáreas, era regulador de temperatura, captador de dióxido de carbono (CO2) y bajo este ecosistema daba refugio a miles de aves, como pelícanos y garzas, que anualmente migraban desde el norte del continente americano hasta Centro y Sudamérica.
Pero en los últimos 10 años, la Laguna de Zumpango se enfrentó a una batalla contra varios factores de la cual no resultó victoriosa: una plaga de lirio acuático que la cubría al 80 por ciento, falta de lluvias derivadas de la sequía provocada por los efectos del cambio climático y un ineficaz manejo de la gestión del agua.
Fuente: El Sol de México
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