Así es el autoproclamado “Reino de Alemania”

El “Königreich Deutschland” es un movimiento radical que sorprende a autoridades y vecinos porque tiene su propia bandera, leyes y documentos de identidad

En las afueras de la ciudad oriental alemana de Wittenberg, un anuncio da la bienvenida al “Königreich Deutschland“, el Reino de Alemania, un movimiento tan sorprendente como inquietante para autoridades y vecinos.

Quienes acceden a ese conjunto de inmuebles anodinos se adentran en “otro país”, con su propia bandera, sus propias leyes, su propia moneda y sus propios documentos de identidad.

El “Reino de Alemania” fue fundado en 2012 por Peter Fitzek, 58 años, un ex profesor de karate que se autoproclamó rey en una ceremonia de coronación.

El soberano Peter y sus súbditos pertenecen a los “Ciudadanos del Reich“, un movimiento heteróclito que incluye a extremistas de derecha y conspiranoicos cuyo rasgo común es que rechazan la legitimidad de la República Federal de Alemania.

Considerados durante mucho tiempo inofensivos, el colectivo se ha radicalizado a lo largo de los años y genera una creciente preocupación de las autoridades.

Antes de 2012, Fitzek fue candidato en sendas elecciones a diputado y alcalde pero sin éxito.

Considerados durante mucho tiempo inofensivos, el colectivo se ha radicalizado a lo largo de los años y genera una creciente preocupación de las autoridades

Entonces decidió fundar su propio Estado para contrarrestar la “manipulación masiva” que, a sus ojos, asola la sociedad alemana. Desde entonces, su “reino” se ha extendido por varios lugares en Alemania y cuenta con más de cinco mil ciudadanos.

Se trata de personas con un “espíritu pionero” que “quieren aportar un cambio positivo en el mundo”, declara Fitzek.

“Estamos abiertos a todos aquellos que tienen el corazón en el lugar correcto”, explica sentado en un sofá de color salmón en su oficina.

Vegetarianos y antivacunas

En Wittenberg, la cuna de su reino, se ubican varios edificios administrativos, una carpintería, una tienda de recuerdos y una cantina que sólo sirve platos vegetarianos. Allí vive una comunidad de unas treinta personas. Todos ellos son no fumadoresabstemios y no están vacunados contra el Covid-19.

“Estábamos ya bastante descontentos con nuestra situación”, explica Roland, antes directivo en una cadena de telecompra, que no quiere dar el apellido de su familia.

“Y después llegó la pandemia, con todas las medidas restrictivas, y sentimos un verdadero malestar”, agrega.

Para Laina, grafista, se trataba sobre todo de encontrar un mejor equilibrio entre la vida privada y la vida profesional.

Sus niños no van a la escuela, lo que es ilegal en Alemania. Aprenderán a su ritmo, sin “estar encerrados en algún lugar donde les dicen: ‘Tienen que aprender esto ahora'”, argumenta su madre.

El propio Fitzek tuvo problemas con la justicia, que lo condenó a una pena de cárcel por transacciones de seguros ilegales.

Recientemente fue condenado a una pena de ocho meses de prisión por agresión, pero recurrió la sentencia y sigue en libertad hasta la decisión definitiva.

“Peligro real”

Los Ciudadanos del Reich representan “un peligro real”, según Jochen Hollmann, jefe de la agencia de inteligencia interna del Estado de Sajonia-Anhalt.

Con la expansión del movimiento, “hay un riesgo de que otros se sientan llamados a actuar contra el orden público“, explica Hollmann.

Algunos en Alemania se muestran preocupados con el desarrollo de ese movimiento. En el pueblo de Halsbrücke, cerca de Dresde, varios vecinos han formado una asociación para oponerse al proyecto de construcción de una granja biológica por parte del “reino” de Fitzek, y han logrado que las autoridades se nieguen a ello.

“A primera vista, todo esto parece bastante inofensivo”, dice Jana Pinka, una ingeniera y concejala de 60 años.

Sin embargo, “vemos al mismo tiempo un rechazo del Estado, e incluso de las fronteras de Alemania, y el hecho de que la gente trata de acercarse a grupos populistas de derecha. Y eso nos asusta un poco”, comentan.

Los Ciudadanos del Reich representan “un peligro real”, según Jochen Hollmann, jefe de la agencia de inteligencia interna del Estado de Sajonia-Anhalt

Hollmann apunta que en Sajonia-Anhalt apenas el 8 por ciento de los Ciudadanos del Reich están considerados, en sentido estricto, como de extrema derecha.

Lo que tienen en común es que vienen de medios sociales desfavorecidos, en particular de la antigua Alemania oriental comunista.

La gente busca un líder fuerte, cosa que lamentablemente ya conocimos en Alemania”, comenta Pinka.

En Wittenberg, en los edificios de su reino, Peter Fitzek muestra orgulloso a los visitantes los sistemas de calefacción respetuosos con el medio ambiente, y la prensa destinada a fabricar sus “nuevos marcos alemanes”.

En esta misma ciudad fue donde el clérigo y teólogo Martín Lutero colgó en 1517 sus “95 tesis“, el texto fundador de la Reforma protestante que marcó su ruptura con el catolicismo.

Fitzek sueña con que su proyecto crezca de tal manera que “el antiguo orden sencillamente se disuelva de manera pacífica”.

“Y no lamentaríamos para nada esa pérdida, porque tendríamos un orden mucho mejor”, dice con una sonrisa.

Fuente: El Sol de México