Ucranianos se apoyan por medio de una app
Casi 350 mil ucranianos utilizan una aplicación que les permite informar al ejército de los misiles y drones durante los ataques rusos, a modo de apoyo a sus defensas para interceptar un mayor número de ellos
El ejército de Ucrania es capaz de detectar muchos de los misiles y drones en su contra, gracias a sus propios sistemas de defensa antiaérea y a los suministrados por sus aliados occidentales, pero no puede cubrir todo el territorio del país.
Además, Rusia busca constantemente la forma de evitar ser detectada, según explicó a la agencia EFE uno de los desarrolladores de la aplicación, Gennadiy Suldin.
“Están guiando sus misiles y drones a baja altura por zonas menos pobladas”, asegura.
Aún así, hay muchas posibilidades de que estos sean vistos o incluso oídos por la población local de camino a sus objetivos.
Para sacar provecho de esa situación y ayudar a las defensas ucranianas, Suldin y sus colegas del grupo “Tekhnari“, con sede en Odesa, lanzaron el pasado otoño la aplicación “iePPO” (“єППО” en ucraniano).
Se trata de una aplicación sencilla y ligera, pero muy segura, que ocupa menos de 4 MB y que ha sido diseñada para ser lo más fácil de usar posible y sus usuarios potenciales son los habitantes de pueblos y ciudades pequeñas.
“Un mensaje desde el campo vale por 10 notificaciones de una zona urbana”, subraya Suldin. Según los desarrolladores, “un pescador desde un río, un camionero o tu abuela cosechando papas pueden contribuir a salvar vidas”.
En cuanto el usuario detecta visualmente o escucha un misil ruso, un dron o cualquier otro aparato volando, puede notificar su ubicación e informar sobre el tipo de objeto que ha visto.
La aplicación ha sido desarrollada en estrecha colaboración con el ejército y está avalada por la Inteligencia Militar de Ucrania
Todo lo que hay que hacer es elegir el tipo de equipo avistado y pulsar el botón “enviar”, con las coordenadas GPS adjuntas automáticamente. Si se está seguro de la dirección hacia la que se dirige, también pueden marcarla con su teléfono inteligente.
La ubicación de una posible amenaza y su probable vector de movimiento, que calcula la aplicación, se transmite inmediatamente a los militares, quienes informan a sus sistemas móviles de defensa aérea más cercanos para que intercepten los objetivos con lanzamisiles como “Igla”.
La aplicación ha sido desarrollada en estrecha colaboración con el ejército y está avalada por la Inteligencia Militar de Ucrania, según Suldin. No dice cuántos misiles o drones ha contribuido a interceptar la aplicación, pero señala que el primer misil “Kalibr” fue detectado y derribado gracias a ésta en octubre de 2022.
Desde agosto, la aplicación pone a disposición de sus usuarios, y no sólo de los militares, las trayectorias previstas de misiles y drones. Suldin espera poder aumentar su eficiencia, ya que los usuarios estarían seguros si el peligro está realmente cerca. En la actualidad, las alarmas aéreas se anuncian a escala regional o nacional.
El número de usuarios ha ido creciendo gradualmente y ahora ronda los 343 mil. Según Suldin, 50 mil usuarios más permitirían un aumento exponencial de su precisión.
En detrimento de la eficacia de la aplicación actúan los “objetivos falsos” notificados por usuarios malintencionados. La aplicación intenta evitarlo haciendo que todos los usuarios se identifiquen a través de la aplicación estatal de documentos “Diia”.
Pero Suldin afirma que éste es sólo el primer obstáculo y el más débil. Insinúa que existen otras formas de superar el problema, aunque rehúye dar detalles: “No haré más comentarios al respecto”, sonríe.
Una de las señales de que la aplicación funciona son los ataques DDOS que sufre a menudo, explica Suldin.
“No he dormido en toda la noche“, afirmó, en alusión a la noche en que Rusia atacó un puerto a orillas del Danubio de la región de Odesa con sus drones “kamikazes“.
Suldin subraya que ni bajo tortura podría rebelar nada que atentara contra la seguridad de la aplicación. “Si me pasa algo, seguirá existiendo. Yo sólo soy una pequeña parte del proyecto, con nuestro equipo disperso por 12 países. Somos como un enjambre de abejas”, asegura.
Fuente: El Sol de México
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