Peligra cumbre Celac-UE por diferencias entre las regiones

El organismo presentó debilidades en la planificación y coordinación con otras entidades gubernamentales

Los líderes de la Unión Europea y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) se darán cita hoy y el martes por primera vez en ocho años para “recalibrar” una asociación estratégica descuidada en los últimos tiempos, y lo harán en una cumbre en Bruselas que estaba llamada a ser escenario de sintonía en lo político, económico y comercial pero que corre el riesgo de fracasar por diferencias fundamentales en asuntos como la finalización del acuerdo comercial entre los 27 y Mercosur y la guerra en Ucrania.

La tercera cumbre UE-CELAC de la historia llega en un momento en donde la influencia de China y Rusia en la región latinoamericana preocupa a Europa, que se mantiene aún como principal socio inversor en América Latina pero que aspira a estrechar lazos por la necesidad de romper su dependencia energética y de materias primas tras las tensiones con Pekín y Moscú desde la invasión rusa de Ucrania.

Fuentes comunitarias aseguraron que, de las 33 delegaciones latinoamericanas y caribeñas invitadas, unas 26 estarán representadas a nivel de jefes de Estado o de Gobierno.

De la lista de ausentes forman parte los presidentes de México (Andrés Manuel López Obrador), Venezuela (Nicolás Maduro) y Nicaragua (Daniel Ortega), aunque la previsión es que sí acudan sus respectivos ministros de Exteriores.

En este contexto, la cumbre en Bruselas será el marco para hacer balance de los acuerdos comerciales fundamentales que la Unión Europea aspiraba a cerrar en este semestre, aprovechando el empuje de la presidencia española del Consejo de la UE, pero que no acaban de despegar.

Después de varios años para modernizar las relaciones con Chile y México, con quienes la UE ya tenía un marco particular de relaciones, sólo el pacto político y comercial con Chile parece haber llegado a la fase final y la propuesta para su firma final está ya sobre la mesa de los países, con opciones para ser concluido antes de que acabe el año.

También se apostó por ese calendario para México pero el proceso no está tan avanzado y, si bien se mantiene la voluntad de cerrarlo este 2023, el acuerdo no está maduro.

Sin embargo, las dificultades para avanzar en el pacto entre la Unión Europea y Mercosur -Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay-, cuyo acuerdo fue anunciado en 2019 tras dos décadas de negociaciones pero que está en punto muerto desde entonces, empañan la cita eurolatinoamericana y complican la redacción de la declaración final.

Las negociaciones se arrastran desde 1999, y a pesar de un anuncio sobre un principio de entendimiento en 2019, diplomáticos y negociadores a ambos lados del Atlántico tratan de superar importantes escollos.

Ante el estancamiento de las conversaciones y la perspectiva real de que un acuerdo aún no esté próximo, un alto diplomático español advirtió que la reunión de Bruselas “será una cumbre política, no una cumbre de negociación”.

En Francia, una fuente del poderoso ministerio de Economía señaló que “la posición del país es clara: estamos a la espera de garantías, sobre todo en materia medioambiental.(…) Por el momento, no sentimos que haya mucho progreso en este tema”.

La exigencia ha sido mal recibida, especialmente por Brasil, por considerar que transformaba metas voluntarias en vinculantes a la luz de pactos internacionales, y exponía al país a sanciones en caso de incumplimiento.

La UE y la Celac dejarán el cierre final del texto de la declaración que se aprobará en la cumbre a los mandatarios, con temas abiertos como la mención a la guerra de Rusia en Ucrania.

La UE tiene especial interés en incluir una condena a la invasión rusa de Ucrania en la declaración que espera aprobar con la región de países en el mundo con la que asegura tener más afinidad ideológica.

Fuente: El Sol de México