Pulso CdMx / Por una economía nacional de inclusión
En octubre de 2024, Salma Luevano fue nombrada Coordinadora Nacional de Economía de Inclusión por el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Después de haber sido la primera diputada trans por acción afirmativa, Salma Luevano ocupará este nuevo cargo enfocado en la creación de acciones y políticas públicas que fomenten la inclusión dentro de los distintos sectores económicos. A su vez, su misión será seguir demostrando como la diversidad de poblaciones aporta al desarrollo y a la competitividad. El reto será tomar en cuenta a todas las poblaciones históricamente excluidas o discriminadas dentro de la economía (mujeres, personas con discapacidad, personas de la diversidad sexual y de género, poblaciones afrodescendientes e indígenas, entre otras). Buscar que el crecimiento económico sea más incluyente, más equitativo y redistributivo.
Temas como la inclusión financiera, el acceso a oportunidades laborales o el apoyo a emprendimientos sociales podrán ser algunos de los ejes para desarrollar junto con lo que ya existe en términos de apoyo a cooperativas. Es una oportunidad para fortalecer el apoyo al emprendimiento de las juventudes creativas y de las nuevas economías. Si bien en esta tarea demandará mucha articulación interinstitucional, la colaboración con Altagracia Gómez Sierra, coordinadora del Consejo Asesor Empresarial del Gobierno de México y Caty Monreal, directora del Instituto Nacional de la Economía Social, contribuiría a potenciar los resultados a partir de la suma de esfuerzos rumbo a un Gran Acuerdo Nacional por la Economía de Inclusión.
En la Ciudad de México, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (COPRED) coordina el Gran Acuerdo para el Trato Igualitario, un mecanismo de diagnóstico, recomendación e implementación de políticas de inclusión. Gracias al liderazgo de su presidenta, Geraldina González de la Vega, el COPRED ha logrado consolidar una red de empresas y establecimientos que comparten esta visión incluyente dando pasos ejemplares. Este es uno de los proyectos que tendría mucho potencial para replicarse en el ámbito federal de la economía de inclusión.
Por supuesto, la economía informal es terreno también de desigualdades, pero también de buenas prácticas de inclusión, especialmente gracias a activismos comunitarios. Una Economía de Inclusión que incluye debe también trabajar con los sectores y poblaciones de la economía informal.
Pero ante todo es básico conocer cuáles son las demandas de las poblaciones en condición de desventaja o de desigualdad social dentro de la economía. Intercambiar con cámaras bilaterales de comercio, cámaras empresariales y organismos internacionales; conocer las mejores experiencias que existen en otros países y también en México permitiría ir desarrollando una red poderosa de incidencia en los sectores económicos. La apertura, la vinculación y los mecanismos de participación de las poblaciones y de la sociedad civil serán claves para reforzar el impacto de las políticas y acciones impulsadas desde la Coordinación Nacional de Economía de Inclusión.
Hay visión, hay ideas y oportunidades. Todo dependerá de la voluntad, pero también de los medios, del presupuesto y de las capacidades que se le irán otorgando a esta nueva dependencia.
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Fuente: El Sol de Mexico
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